Extracto (páginas 20 - 24) de la transcripción del discurso de Albert Speer durante su visita al centro de pruebas de la Luftwaffe en Rechlin el 1 de Diciembre de 1944. Durante este discurso Speer hizo varias referencias al Tiger II (procedencia de la denominación 'Königstiger', comparación con Panzer IV y Sherman, etc.). No menos interesante es la posición del ministro en referencia a las armas milagrosas (Wunderwaffen).....
Discurso del Reichsminister Speer en Rechlin el 1.12.1944
[...]
Hoy han podido ustedes hacerse una pequeña idea sobre diferentes nuevos desarrollos que se han finalizado en los ultimos tiempos. Como han podido ver no disponemos de ningún arma milagrosa (Wunderwaffe) y nunca llegaremos a disponer de ella. Desde nuestra posición, desde una posición técnica, se ha tratado siempre de destacar claramente, al menos para aquellos que han querido entender, que en el campo técnico los milagros, al menos como se los imaginan los no expertos, no son posibles. Nosotros sin lugar a dudas podemos mantener nuestro adelanto, el adelanto técnico, en muchos campos así como mediante un gran salto volver a recuperarlo ahí donde lo hubieramos podido llegar a perder. A los no expertos hay que decirles que esto solamente es posible si existe espíritu de lucha. Durante mis visitas en el frente observo la preocupación de los comandantes de división y de regimiento sobre la fuerte fe, cada vez más extrema, de sus tropas en este tema de los milagros. Esto es en mi opinión algo desastroso. Estoy convencido de que no dependemos de eso y creo que la consigna de Churchill tras Dunkerque, cuando prometió a la población sangre, sudor y lagrimas, es una consigna que debe ser válida para cualquier pueblo germánico. Por este motivo me alegro de que en los ultimos tiempos la propaganda comience a dar marcha atrás y que se empiece a indicar que ese arma milagrosa no llegará a ser nunca realidad. Los expertos deben siempre de destacar: existen avances técnicos; sin lugar a dudas estamos capacitados para alcanzar esos avances, siempre que se nos deje trabajar, pero los milagros no existen. En este campo no se nos pueden pedir milagros. Lo que ustedes han visto hoy, solamente es una pequeña muestra y solamente les hemos enseñado aquello que se encuentra ya en producción ó bien que será inminentemente producido en série.
Los vehículos acorazados que han visto, el Jagdtiger y el Jagdpanther, son sin lugar a dudas vehículos que producirán gran respeto en nuestros enemigos. De hecho, primero los rusos y ahora los ingleses, han asumido para el Tiger II, carro de combate que ya conocían de anteriores operaciones, por iniciativa própia el nombre de Königstiger, denominación que nosotros ahora hemos asumido, pues efectivamente se trata de un carro de combate regio. No hace mucho el 'Times' escribió sobre un duelo entre su cañón anticarro más potente, el Pak de 9,2 cm, realmente de una potencia muy respetable, el carro de combate Sherman y nuestro Königstiger, así como que de por muy poco este duelo no acabó en una catástrofe para los americanos y que la superioridad de nuestro carro de combate, al que califican como el mejor del mundo, quedó claramente demostrada. Durante la batalla por Aachen, cerca de Jülich, yo mismo visité un taller de mantenimiento del Panzerabteilung 506, sección equipada con Tiger II, y he podido comprobar que el proyectíl de 9,2 cm disparado a corta distancia contra el frontal del carro de combate, es rechazado con facilidad. Lo que han visto hoy, Jagdtiger y Jagdpanther, son modelos con un blindaje todavía mejor que el del Tiger II. La tropa y yo mismo todavía dudamos sobre lo que es mejor: un carro de combate ligero y maniobrable ó un vehículo superpesado. Ambos tienen sus ventajas y sus grandes desventajas, pero creemos que con nuestro programa de producción de carros de combate (Panzerprogramm), programa diseñado con una amplia perspectiva, por un lado con el rápido y muy maniobrable 38 toneladas, cuyo desarrollo es mérito casi exclusivo de nuestor Oberst Schaede y que será fabricado en altísimas cifras, esperamos que varios miles por mes, y por el otro lado la clase pesada con Panther, Tiger II, Jagdpanther y Jagdtiger, hemos logrado la mezcla correcta para nuestra Arma Acorazada y para nuestras divisiones de infantería.
Soy consciente de que muchos de ustedes se quejan de que constantemente nos veamos obligados a introducir modificaciones. Señores míos! A nosotros tambien nos gustaría presentar altísimas cifras de producción y naturalmente somos perfectamente conscientes que si nos plantáramos en el Panzer IV, en el Panzer III ó por qué no, en el Panzer II, las podríamos alcanzar, cifras de producción que superarían entre un 50 y un 60 % las cifras actuales, cifras que se ven reducidas debido a las constantes modificaciones que tenemos que introducir en todos los campos de la industria. No tenemos ninguna posibilidad de alcanzar las cifras de producción de nuestros enemigos, razón por la que es nuestra obligación el aprovechar cualquier oportunidad de avanzar tecnicamente, incluso cuando eso suponga una reducción de las cifras de producción. Un Tiger II es con seguridad - tambien lo apoya la tropa, como p.e. el General Manteuffel en Aachen - como mínimo igual de valioso que 25 - 30 Sherman; él es de la opinión que 10 Tiger II pueden combatir hasta contra 200 Sherman, pues el cañón del Sherman simplemente no dispone de la suficiente potencia de fuego y este puede ser atacado por el Tiger II a grandes distancias. Este ejemplo muestra que no tendría ningún sentido el fabricar el Panzer IV en la misma cantidad, ó incluso el doble que el Tiger II, pues el valor de combate del Panzer IV en relación con el Sherman es de 1:1. El Panzer IV tiene sus ventajas y desventajas frente al Sherman, por lo que el Sherman debería de combatirse con la misma cantidad de Panzer IV para poder alcanzar el éxito. Como pueden ver el Tiger II, con un peso tres veces superior, es aproximadamente veinte veces superior al Panzer IV, es decir, al sustituir dos Panzer IV por un Tiger II diponemos de siete veces más potencia de combate y por este motivo tenemos que aceptar esas muchas modificaciones de diseño.
[...]