Documento redactado el 15.12.1941, una semana tras el início de la contraofensiva soviética, por el comandante del XXXXVI.Pz.Korps, Generaloberst Heinrich von Viettinghoff, dirigido al ayudante de Hitler (Oberst Rudolf Schmundt), donde describe sin rodeos la calamitosa situación de sus tropas en el frente de Moscú además de mostrarse partidário de la realización de un gran movimiento de repliegue con el objetivo de poder reorganizarse para la defensa.

Notas:
La orden de repliegue a una posición de invierno dictada el 10.12.1941 por el Heeresgruppe Mitte sería rechazada por Hitler, quien el 18.12.1941 mediante una directiva dirigida a los comandantes, oficiales y tropa del Heeresgruppe Mitte les ordenaba resistir 'fanaticamente' en sus posiciones.

15.12.1941

Generalkommando XXXXVI.Pz.Korps

Der kommandierende General







¡Mi estimado Schmundt!


Debido a que actualmente desgraciadamente no podemos contar con su visita quizás le parezca interesante recibir una imágen sobre la situación como es percibida por la tropa. No pretendo realizar ningún reproche a nadie - esto quiero acentuarlo de un modo especial - simplemente quiero describirle sinceramente como están las cosas por aquí; en otros frentes puede ser que la situación sea parcialmente mejor.

La ofensiva de Noviembre contra Moscú hubiera podido tener una perspectiva sí la totalidad del Heeresgruppe Mitte hubiera estado capacitada para ello. Debido a la debilidad de las divisiones, bajo condiciones invernales y contra unos bolchevistas que durante las semanas de lluvia se habían reforzado fuertemente, con unicamente los dos grupos acorazados estaba descartado poder alcanzar un éxito decisivo. En el transcurso de dificiles combates y superando interminables barreras de minas y posiciones fortificadas la valiente tropa se ha torturado avanzando de localidad a localidad - han sido los combates más dificiles que hemos tenido que superar hasta estos momentos - los efectivos disponibles se han visto reducidos día tras día; bajo el frío existente cualquier herido que no ha podido ser atendido inmediatamente se ha convertido en un seguro candidato para morir.

Especialmente grave para el própio combate ha sido la escasez entre los cazacarros y carros de combate de un arma anticarro capaz de combatir a los en grandes cantidades aparecidos nuevos carros de combate rusos (T-34 y vehículo de 52 toneladas). Hemos tenido que arreglarnoslas como hemos podido con los muy escasos cañones antiaéreos de 8,8 cm y cañones de 10 cm disponibles.

Adicionalmente la situación del abastecimiento: ¡desolador!

El ferrocarríl ha fracasado rotundamente, unicamente trenes individuales han logrado alcanzar bajo enormes dificultades zonas cercanas a la tropa; el volúmen de transporte por vehículos a motor es totalmente insuficiente. Y de este modo ha faltado de todo: vestimenta de invierno, para nosotros algo, para la infantería nada - hemos tenido largos periódos de temperaturas de hasta -30°C - combustible, recambios para los vehículos y manutención lo justo; herramientas para cavar trincheras - por comentar una importante pequeñez -, se rompen rapidamente cuando hiela y no existe recambio; a la intemperie puede temporalmente atacarse pero no combatir indefinidamente, son necesarios búnkers protegidos y calientes ó viviendas; ¡el transporte de los heridos es practicamente imposible de llevar a cabo!

Y por el otro lado los rusos: la infantería generalmente no vale mucho, ¡pero su equipación! Carros de combate superiores (T-34), excepcionales cañones (7,62 cm largo) y cañones anticarro (5,7 cm); vestimenta de invierno acolchada, prendas de camuflaje blancas, etc., en la nieve ó niebla la tropa sólo es reconocible a distancias muy cortas. Gracias a la cercanía a Moscú la tropa es abastecida con todo lo necesario en grandes cantidades.

El en muchas ocasiones infravalorado ferrocarríl ruso, en base a todas las experiencias realizadas, aquí ha operado de una forma brillante, tanto en la reconstrucción de trayectos destruidos por nuestros bombardeos como en lo referente al abastecimiento de la tropa.

Las consecuencias de todo esto en una parte de nuestras tropas, especialmente en la infantería, es el establecimiento de un acentuado sentimiento de inferioridad y pérdida de confianza en sus armas: contra los carros de combate rusos se siente totalmente impotente.

A pesar de todo las divisiones acorazadas y motorizadas, que han sido las que han soportado la carga principal de la última ofensiva, gracias a su infinitamente mayor moral y capacidad combativa han tenido un rendimiento asombroso. Aún y así ahora tambien en ellas comienza a experimentarse un vuelco, que debe reconocerse claramente:

  1. La tropa se encuentra día y noche en combate sin poder ser reemplazada. Debido a sus escasos efectivos (la mayor parte de las divisiones tienen que evaluarse en el mejor de los casos como un débil regimiento), la escasez de equipación de invierno y la pérdida de la mayor parte de las armas pesadas debido a la escasez de medios de remolque, su fuerza defensiva es ya escasa. Con la actual equipación la creación de trincheras es practicamente imposible, posiciones rusas adecuadas no se encuentran en todos los lugares. A pesar de que la infantería rusa es mala, gracias a su masa logra penetrar a través de nuestras debilmente ocupadas líneas en un número que localmente hace imposible mantener la posición, pues ó bien no disponemos de reservas ó estas son insuficientes. Cuando en estos casos los rusos aprovechan su éxito inicial con un ataque acorazado, debido a la inferioridad de nuestras armas anticarro, se crean frecuentes crísis que consumen todavía más la de por sí ya débil fuerza de nuestra tropa. Debido a la sobrecarga y los efectos del frío en algunas zonas, tambien entre las mejores tropas, se establece una temporal apatía y parálisis de la voluntad de resistencia.

  2. Muchos de nuestros valientes y excepcionales jefes de tropa y suboficiales han sido heridos ó han caído, para ejercer como pilar de la resistencia los restantes están demasiado fatigados. No estoy seguro de que esta situación y sus importantes repercusiones sean reconocidas en todos los lugares (disolución de puestos de mando prescindibles, p.e. comandantes de la artillería, altos estados mayores de los cañones antiaéreos, etc.).

  3. La situación de vehículos de motor empeora día tras día. ¡Debería usted ver marchar a una división acorazada ó motorizada! Es imprevisible cuánto tiempo podrá mantenerse el abastecimiento más urgente con los vehículos todavía disponibles. Lo que está claro es que a la larga unicamente podrá mantenerse si se basa en potentes terminales de ferrocarríl.
Bajo estas circunstancias no sólo se entiende la decisión tomada de frenar el ataque y retroceder sinó que se considera como la mejor decisión posible..

Aún y así todos esperamos que al igual que se ha hecho en el ataque, tambien se tomen grandes decisiones en la defensa. Tras una corta pausa la tropa debe replegarse profundamente para de este modo entregar a los rusos una zona devastada y dificultarles así el abastecimiento; la posición elegida debe ser fuerte y los más corta posible para de este modo poder relegar a las divisiones alternativamente a la reserva y permitirles así poder refrescarse.

La pérdida de terreno en sí no tiene ninguna importancia - en este sentido le adjunto algunas directivas que he dado a mis comandantes - la tropa lo entiende sin ningún problema, pero necesita tener las cosas claras lo más rápido posible para poder prepararse para el periódo del frío e iniciar su reconstrucción.

En cualquier caso la tropa ya no está capacitada para llevar a cabo una extenuante guerra de guerrillas en una línea defensiva totalmente inadecuada, en el caso de que tenga que retroceder progresivamente será exterminada. Tambien en la retirada los principios de la 'guerra relámpago' deben ser ley. Debido a la situación de abastecimiento y la nieve considero muy cuestionable si esta solución puede llevarse totalmente a la práctica, pero debe intentarse en la medida posible.

En relación a la entrega de terreno, especialmente en nuestro caso, quiero adicionalmente destacar que el oeste y el norte de Moscú se encuentra protegido por un gran número de potentes posiciones defensivas. El terreno es para el ataque muy desventajoso; en cualquier caso una repetición del ataque desde este frente no es aconsejable; Moscú deberá probablemente caer mediante un ancho envolvimiento.


La imágen que le he descrito, estimado Schmundt, por desgracia no es bonita, pero he querido ser sincero para que disponga de una clara visión y quizás pueda evaluar algunas de mis reflexiones.

Esperanzador continua siendo el valor intrínseco de las tropas restantes. Tras una verdadera pausa de combate, la asignación de abundante reemplazo y mejorado equipo la mayoría de las divisiones se recuperará, si bien ya no alcanzarán su vieja capacidad de combate.

Hubiera podido añadir mucho más, pero creo que lo escrito es suficiente. El pesimismo en estos momentos no tiene ningún sentido.

Mi situación personal es buena, tambien en casa; espero que usted pueda decir lo mismo.




Firmado: von Vietinghoff